
Dentro del proceso de expropiaciones que se realizaron en Cuba tras la Revolución de 1959, se incluyó la confiscación de los bienes y propiedades de las personas que emigraron.
Los exiliados consideran un derecho irrenunciable para la reconciliación nacional la restitución de aquellos bienes que les pertenecían y fueron nacionalizados, pero las dificultades del proceso son muchas.
Cientos de miles de personas que adquirieron una vivienda del Estado y llevan años residiendo en ella podrían ser expulsadas a la calle si se produjera la restitución. La falta de un catastro actualizado complica, también, la tarea de determinar quiénes son los legítimos propietarios de muchos inmuebles. Y el deterioro o derrumbe de muchos edificios ha causado unas pérdidas irreparables por las que el Estado entraría en quiebra si tuviera que compensar económicamente a sus antiguos dueños.
4 opiniones argumentadas

- Zoila Lloveta
- Al nacer me pico el bichito de la curiosidad

-
Yoani Sánchez
- Bloguera de 'Generación Y'

