El ritmo de vida estresante que nos impone la sociedad nos hace ir todo el día corriendo de lado a lado y casi impide tener tiempo para disfrutar de nosotros mismos y de las personas queridas. Quizás sea importante detenerse de vez en cuando a reflexionar sobre la importancia de las caricias para nuestro mundo afectivo.
No es lo más habitual, pero puede haber personas que haya perdido el interés, de forma puntual o permanente, de recibir caricias de su pareja por algún motivo u otro.
Cuando hablamos de caricias entendemos la ternura expresada en contacto físico, ya sea con uno mismo o con otra persona, que no necesariamente tiene una connotación sexual, pero que expresa afecto y aceptación del otro. Son una forma muy placentera de comunicación interpersonal. Las caricias dadas y recibidas alimentan la unidad entre las personas y generan un clima positivo a nivel psicológico. Es posible que con el ritmo de vida del día a día no nos dé tiempo a pensar en la importancia de esta decisión, pero dedicar un momento aunque sea a reflexionar, puede valer la pena.
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Un freno puede ser el escaso hábito de tener contacto físico y cercanía, lo cual bloquea a las personas. Tener prejuicios alrededor de lo que significa acariciar y ser acariciado. Desconocer las ventajas y condiciones humanas de las caricias.
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Ser más conscientes de las necesidades que como personas tenemos del contacto físico con personas cercanas y queridas; alimentar la calidad de las relaciones humanas con la gente que tenemos cerca, puede hacer que vivamos la vida más plenamente.
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Intentar ir más allá, buscar qué necesitamos nosotros y qué creemos que necesita la persona que tenemos cerca.
3 opiniones argumentadas
- Pere Estupinyà
- Periodista Científico - Autor S=EX2 "La Ciencia del Sexo"
- Elena Crespi Asensio
- Psicòloga.Terapia sexual.Terapia pareja.Terapia individual
- Linda Sonntag
- Autora de diversos libros sobre sexualidad.