
La implantación de las metodologías “agile” exige una cultura donde prime la proactividad, donde haya trabajadores empoderados y responsables. Una organización donde las personas vayan más allá de su zona de confort y rutinas, estándo dispuestas a tomar las riendas de nuevas iniciativas y asumir compromisos y responsabilidades mediante la toma de decisiones.
Estas características culturales, que en principio son tan favorables para la organización, pueden resultar difíciles de asumir para algunas personas, directivos o equipos claves para esa misma organización.
Opiniones argumentadas
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