Pensar que nuestras creencias son las únicas verdaderas es una actitud natural que el ser humano ha mantenido a lo largo de los siglos, y no pocas veces la ha impuesto a otros.
La globalización ha multiplicado la convivencia de personas con diferentes creencias en un espacio geográfico limitado. La duda es si debemos inculcar nuestras creencias a los que tengan una diferente o ninguna.
El deseo de ofrecer a los demás lo mejor que vivimos, lleva a muchas personas a intentar comunicar a otros las propias creencias, convirtiéndolos a ellas.
La duda es si es válido, si es positivo, ejercer esta forma de proselitismo respecto a otros sobre nuestras creencias, o será mejor simplemente vivirlas y en todo caso convencer con nuestro ejemplo.
Opiniones argumentadas
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