Es innegable que Facebook se ha consolidado como una de las principales herramientas de ocio y socialización de los niños. Enviar un mensaje o subir y comentar una foto hace tiempo que sustituyó al simple hecho de hablar por teléfono o, incluso, de verse físicamente.
Muchos expertos destacan las potencialidades del Facebook como medio de socialización y aprendizaje para los jóvenes, pero puede suponer problemas derivados de su mal uso, y sobre todo cuestiones de control de privacidad que pueden derivar en episodios de acoso o adicciones.
Muchos padres, especialmente aquellos que no están familiarizados con las redes sociales, viven con preocupación el uso de Facebook por parte de sus hijos. Saben que allí los menores pueden publicar datos personales, fotografías y compartir esto con amigos. Las preguntas que les surgen son qué datos comparten y qué fotografías hacen públicas...
Las opiniones oscilan entre pasar por completo de lo que hacen los hijos en el mundo virtual, y prohibir el acceso de los menores a Internet y, como consecuencia, al Facebook y a otras redes sociales.
También hay quien apuesta por hacer tareas de espionaje y entrometerse de incógnito en las conversaciones de su hijo para saber lo que escribe y lo que publica. Hay una tercera tendencia que es la de hablar abiertamente con los hijos, preguntarles, escucharlos y, si es necesario, dar las herramientas para que hagan un uso adecuado de estos nuevos espacios de socialización.
La red es un ámbito más de relación para las nuevas generaciones, como lo es la escuela, el grupo de amigos del barrio o los del equipo donde practica un deporte. Ello obliga a que los padres se interesen por este nuevo espacio de comunicación y de relación.
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Uno de los frenos es, sin duda, el desconocimiento de la virtualidad, que provoca que no siempre sepamos realmente con quién nos estamos relacionando. Otro freno es la falta de control que nosotros mismos tenemos sobre los contenidos y materiales que publicamos.
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Controlar, o más bien pautar y consensuar el uso del Facebook, puede permitir hacer un uso adecuado y pleno de comunicación. La falta de diálogo y de límites respecto al uso del Facebook puede comportar problemas relacionados con la seguridad, con la violación de la intimidad del menor y con su privacidad.
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El diálogo, la escucha atenta, la observación cercana y cariñosa pueden ser las mejores herramientas cuando se quiere abordar seriamente este tema con los hijos. Es importante hablar claramente de lo que conviene publicar y de lo que no y entender que la máxima “no hables con desconocidos” sigue siendo más que válida en el mundo de internet.
6 opiniones argumentadas
- Marybeth Hicks
- Especialista en Redes Sociales y Legislación
- Pietro Zinzano
- Soy padre
- Anónimo
- madre divorciada, dos hijos 17 y 14, curiosa por la tecnologia