
Una ruptura sentimental supone la separación de la pareja y en principio, el inicio de una nueva etapa por separado de ambas personas. Sin embargo, en ocasiones los "ex" acaban compartiendo el mismo techo.
Parece difícil convivir pacíficamente y que la situación sea tolerable, una vez han quedado claras las diferencias entre ambas partes. Muchas veces, compartir casa es una necesidad por falta de recursos económicos suficientes.