Muchas veces desearíamos tener una cantidad extra de energía que nos ayudara afrontar el día a día o determinados esfuerzos físicos con más vitalidad y sin muestras de cansancio. La duda es si consumir para ello bebidas energéticas.
El auge de las bebidas energéticas en entornos laborales es un hecho probado. Las bebidas energéticas nacen con la intención de incrementar la resistencia física, lograr un nivel de concentración mayor, evitar el sueño o proporcionar sensación de bien estar. Muchos trabajadores hacen uso de ellas para evitar la fatiga y rendir más en sus puestos de trabajo. Hay que saber discernir entre la bebida isotónica y la energética, por que contrariamente a lo que mucha gente piensa, no es lo mismo.
La bebida isotónica puede servir para reponer líquidos en el cuerpo humano ya que compensan la falta de agua durante la práctica deportiva. No llevan suplementos vitamínicos ni energéticos. La bebidas energéticas incluyen en su composición glucosa y otros azúcares que proporcionan energía al cuerpo (excepto las versiones dietéticas), no eliminan realmente la fatiga muscular ni el agotamiento en general, solamente inhibe temporalmente estas sensaciones, por lo tanto es normal una sensación de decaimiento una vez que acaba su efecto en el organismo. En general, la efectividad de las bebidas energéticas está probada y se recomienda un uso moderado de las mismas.
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Miedo a sus efectos secundarios y a su adicción Descontextualización de su uso
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