
Tomar conciencia de cuáles son nuestros sesgos personales o deformaciones en nuestra comprensión de la realidad, contribuye a reducir su impacto y evita sacar conclusiones precipitadas, sobre premisas que no responden a la verdad.
Conocerlos sirve para ahondar más en nostros mismos y saber a qué responden, cuándo aparecen y cómo controlarlos. En ocasiones, son fruto de ideas preconcebidas o surgen a raiz de experiencias personales.
4 opiniones argumentadas

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Jorge Ubeda
- Doctor en Filosofía

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José Luis González Quirós
- Filósofo y analista político