La tecnología puede acercarnos a muchos lugares donde nunca hubiéramos podido llegar. Además, nos permite entendernos con personas que hablan y escriben diferentes idiomas. No obstante, es lícito plantearse si debemos fiarnos de las traducciones hechas por las máquinas. El lenguaje no es una ciencia exacta, quizá por ello los traductores virtuales todavía tienen dificultades para acertar al completo con las traducciones de los textos que se les solicitan. Aún así, son herramientas muy bien diseñadas y que cada vez incorporan más maneras de detectar el lenguaje mediante la inteligencia artificial y la arquitectura del lenguaje.
¿Debemos, pues, fiarnos de las traducciones que nos ofrecen los servicios on-line?
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Desconfiar de los productos informáticos, desconocer el funcionamiento de los traductores virtuales.
3 opiniones argumentadas
- Tom Chatfield
- Escritor y consultor de empresas