Si bien ha descendido el número de parejas que realizan boda religiosa, hay aún muchas personas que, cuando deciden casarse, lo hacen por la iglesia aunque no sean creyentes. Quizá por tradición familiar, por presiones externas, o porque un miembro de la pareja es creyente.
Esta decisión es una de las más habituales entre las parejas que van a casarse y vale la pena considerar la cuestión, por coherencia personal.
La tradición en nuestra sociedad lleva a muchas parejas a casarse por la iglesia aunque, en algunos casos, ninguno de los dos miembros de la pareja sean creyentes.
También puede darse el caso de que uno de los miembros de la pareja sea creyente, pero el otro no. En este caso la decisión debe ser, con más motivo, consensuada y debatida para que los dos miembros de la pareja, así como la familia, disfruten al máximo de ese gran día.
En todo caso, las parejas que se encuentran ante esta decisión deben tener en cuenta cuál es el peso que se le va a dar a las tradiciones familiares y culturales, no sólo en el momento de la ceremonia sino en toda la celebración.
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Los frenos más habituales para tomar esta decisión suelen ser de índole social. El qué dirán si no me caso por la iglesia. O, al contrario, qué dirán si, sabiendo que no soy creyente, me caso por la iglesia.
Por otro lado, en parejas mixtas, en las que uno es creyente y el otro no, el gran freno con el que se pueden encontrar es el de noherir al otro miembro de la pareja e intentar encontrar el equilibrio entre tradición, creencias y fiesta. -
Preparar una boda es una de las cosas más bonitas con las que se puede encontrar una pareja. Partir de una base de acuerdo en lo que queremos o no para ese día será crucial para que todo salga perfecto.
Tomar esta decisión a conciencia hará que podamos programar y organizar nuestra boda de la manera que más nos apetezca y en completa sintonía con nuestra pareja. -
Hacer un autoanálisis de lo que realmente queremos y nos apetece. Sobretodo no dejarse influir por factores externos. Esto es una cosa entre tú y tu pareja, y debéis decidir lo que queráis para vuestro gran día.
Luis Prieto Moreno 
