
Dicho así puede parecer absurdo, pero hay mucha gente que se casa por compasión hacia un novio o novia muy necesitado de cariño, con algún tipo de deficiencia, o que ha esperado ya mucho tiempo.
La cuestión es si formalizar la relación de pareja a través del matrimonio es el mejor modo de ayudar o puede haber otras formas mejores de hacerle bien a alguien a quien en el fondo no se ama.
Es más frecuente de lo que parece: hay personas que se vinculan con otras por una mezcla de amor y compasión. Si esa otra persona está enamorada y espera casarse, puede surgir una decisión que no proviene ni de la afinidad, ni necesariamente del enamoramiento. Proviene de la empatía hacia la problemática del otro, y la vivencia de que uno es el salvador de ese otro. La duda es si esta motivación es un buen cimiento para una relación de pareja.
Opiniones argumentadas
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