Nuestros hijos, niños y adolescentes, pasan muchas horas en el colegio, compartiendo su tiempo con otros niños o adolescentes de su edad. Es un momento crucial en la vida de una persona y es cuando se forjan las primeras amistades, muchas de ellas duraderas para el resto de la vida.
Pero no siempre las relaciones son sanas y en ocasiones pueden ser una mala influencia para nuestros hijos. Codearse con alumnos de malas notas o con conductas conflictivas puede perjudicar a nuestros hijos y una opción de atajar el problema es cambiarlos de colegio.
El colegio es una de las etapas de la vida que más nos marcan. En él conocemos a muchas personas que –en algunos casos– seguirán a nuestro lado por mucho tiempo. Los padres son conscientes de ello, por eso, si ven que esos amigos no son una buena influencia para sus hijos, muchas veces se preocupan e intentan que los dejen. Algunos, incluso, se plantean cambiarles de colegio. Esta es una decisión importante porque puede tener diversas consecuencias no sólo en las amistades de los niños, sino también en la educación base que éstos recibirán, así como en la economía, la organización y las relaciones sociales de la familia en su conjunto. Por eso, antes de tomarla conviene pensar un poco sobre ¿por qué nos parece que los amigos de nuestros hijos son una mala influencia?, ¿podemos hacer algo para que eso cambie?, ¿qué tan influenciables son nuestros hijos?
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No dar importancia al tipo de amigos que tienen nuestros hijos.
La tradición familiar de estudiar en ese colegio.
El miedo a que el cambio de colegio sea peor para los niños.
La desconfianza en los otros colegios del barrio o la ciudad.
La falta de dinero para pagar un colegio mejor o más lejos de casa. -
Si se toma la decisión de no cambiar a los hijos de colegio una de las consecuencias puede ser que los hijos aprendan malas conductas y acaben teniendo problemas. También puede ocurrir que sin necesidad de cambiarlos de centro, los mismos niños cambien sus amistades gradualmente sin que los padres tengan que intervenir.
Si se toma la decisión de cambiar a los hijos de colegio se les aleja del contacto cotidiano con aquellos amigos que consideramos mala influencia, pero quizá esa relación se mantenga fuera del horario escolar. Puede ocurrir que al cambiarlos de colegio, algunos niños se enfaden y no quieran esforzarse por adaptarse en su nueva escuela. Esto podría generar graves consecuencias en la relación padres-hijos. -
Reflexionar sobre las razones que nos hacen pensar que los amigos de nuestros hijos son una mala influencia para ellos; también sobre si hay alguna manera de reconducir esas amistades (o las cosas que hacen juntos) para que dejen de ser una mala influencia.
Informarse detalladamente sobre lo que hacen nuestros hijos cuando se juntan con sus amigos.
Consultar un psicólogo o pedagogo especialista en la resolución de situaciones difíciles con los niños.
Pedir apoyo a los profesores de nuestro hijo, para reconducir su conducta o sus amistades en el mismo colegio.
Buscar un colegio donde cambiar a nuestro hijo que se ajuste a nuestra posibilidades como familia y donde el niño o niña se sienta cómodo.
3 opiniones argumentadas
- Miguel Soberon Mainero
- Profesor Universitario