El paro supone una pausa en nuestra trayectoria profesional que podemos aprovechar para replantearnos toda nuestra carrera y sopesar si estamos encaminados hacia los retos que nos propusimos, si los hemos alcanzado o si debemos plantearnos retos superiores.
Los retos profesionales son de enorme importancia para mantener la motivación y persistencia durante nuestra carrera profesional. Durante la pausa que impone el desempleo podemos aprovechar para evaluar el cumplimento de los retos que nos impusimos al iniciar de nuestra carrera y determinar si podemos fijarnos nuevos retos que consideremos superiores a los anteriores y que nos generen el suficiente entusiasmo como para valorar nuestras posibilidades para afrontarlos.
Fijarnos nuevos retos profesionales es siempre positivo para mantener nuestra motivación en el trabajo, ahora bien, a la hora de planteárnoslos debemos tener en cuenta su viabilidad y nuestras posibilidades para alcanzarlos según nuestra formación, experiencia, capacitación profesional, posibilidades económicas, aceptación social, entre muchos otros. La consecución de nuestros objetivos personales siempre conlleva un desgaste personal, profesional, económico y social evidente, pero el tener metas ayuda a activar nuestras capacidades.
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La costumbre y la comodidad que nos supone mantenernos en el nivel profesional en el que estamos, nos puede evitar aspirar a retos superiores. Como plantear dichos retos a nuestro entorno profesional, decidir hasta que medida estamos dispuestos a sacrificar lo obtenido por perseguir nuevos retos. Jerarquizar por importancia nuestros retos.
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La posibilidad de plantearnos nuevos retos profesionales nos debe hacer reflexionar sobre el éxito que hemos tenido en la consecución de nuestros retos anteriores al desempleo y, en su caso, sobre los motivos por los que no los hemos conseguido o los siguientes retos a conseguir. Plantearnos nuevos retos profesionales mantiene nuestra motivación por resolver nuestra situación de desempleo y nos anima a considerar las distintas alternativas profesionales que se nos pueden plantear. Nuestro entusiasmo y motivación ante nuevos retos se contagia a nuestro entorno social, moderando su preocupación ante nuestra situación.
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Enumerar los retos conseguidos hasta el desempleo. Analizar las causas que nos impidieron conseguir los que tengamos pendientes. Sopesar las posibilidades de conseguir los retos pendientes desde mi nueva situación. Fijar nuevos retos profesionales en función a las circunstancias actuales. Estudiar la viabilidad de estos retos. Buscar apoyos para perseguir dichos retos. Identificar personas con retos similares y buscar su apoyo.
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