
El amor de los padres y madres a los hijos, normalmente, se da por supuesto, pero no siempre se da en la realidad. Sea por dificultades de los adultos para asumir su rol paterno/materno, por la exigencia de un amor generoso o por las particularidades de cada hijo o hija. El amor a los hijos, más allá de un fruto del instinto de protección, podría verse como una opción de la libertad, que escogemos cultivar y alimentar día a día. La particular exigencia del amor a los hijos supone una madurez suficiente en la persona adulta que engendró una nueva vida, a veces sin una clara conciencia de lo que hacía.
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Amar no es fácil, exige generosidad y esfuerzo.
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Amar a los hijos tiene grandes consecuencias sobre el crecimiento personal de los hijos y su felicidad.
2 opiniones argumentadas

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M. Mercè Conangla
- Experta en ecología emocional

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Amelia Martínez
- Coach sentimental y terapeuta "Mindjung" en Alcanda Matchmak