Cirugía estética, maquillajes, cosméticos, tatuajes... El culto al cuerpo nos lleva a adoptar medidas para modificar el nuestro en función de los cánones de belleza. Ciertamente no tenemos más que un 'envoltorio' y éste es algo tan singular que no se encontrarán dos cuerpos idénticos sobre la faz de la Tierra.
La belleza es es un fenómeno muy escurridizo; las modas y gustos pasan, pero hay ciertas intervenciones que no tienen vuelta atrás y nos pueden causar gran disgusto o un alivio enorme.
La relación que cada uno tiene con su cuerpo dista mucho de ser sencilla. Los cánones de belleza actuales nos llevan a una sociedad del culto al cuerpo perfecto, a lo que esos cánones definen como perfecto. Cuando miramos nuestro cuerpo y detectamos las diferencias entre éste y el que nos imponen como modelo podemos tomar varias decisiones.
Una de ellas, por supuesto, es intentar modificar nuestro cuerpo para conseguir que se parezca lo más posible a ese modelo. Pero otra decisión puede ser, simplemente, aceptar nuestro cuerpo tal cual es. No preocuparse por seguir los cánones corporales impuestos y, simplemente, disfrutar de las posibilidades que el propio cuerpo nos ofrece, tal cual es.
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El bombardeo mediático al cual nos vemos sometidos continuamente para llegar a alcanzar el cuerpo perfecto, el cuerpo diez, la sonrisa brillante, los labios carnosos, los abdominales marcados cuál tableta de chocolate... todos estos mensajes hacen que, quién más quién menos, en algún momento se pregunte si su cuerpo se adapta a las necesidades de una sociedad tan basada en el físico.
Es difícil aceptar que uno tiene barriga, o la nariz grande, o los dedos de los pies ridículamente largos. Vivimos en un mundo en el que la perfección física parece ser la base del éxito en todos los niveles. Con estas expectativas por delante no es difícil imaginar lo complicado que puede resultar aceptar nuestro cuerpo tal cuál es. -
Aprender a vivir en paz con nuestro cuerpo aceptándolo tal cual es puede llegar a ser la clave para tener una vida plena y feliz. Si nos gusta nuestro cuerpo, si lo aceptamos, nuestra autoconfianza se verá reforzada, por lo que resultaremos más atractivos para los que nos rodean.
De esta manera nuestra vida social se verá reforzada y esto nos llevará a sentirnos mejor con nosotros mismos. Es un círculo vicioso, una pescadilla que se muerde la cola, un bucle infinito en el que, gran parte del peso recae en la adoración a nuestro propio cuerpo.
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Aprender a desarrollar el pensamiento crítico, no dejarse llevar por la facilidad aparente de la belleza tal y como nos la venden en los medios de comunicación. Desarrollar un espíritu crítico y un sentimiento de orgullo hacia lo que es nuestro, es decir, hacia nuestro propio cuerpo.
6 opiniones argumentadas
- Bryan E. Robinson
- Psicoterapeuta
- Alicia Santoyo Vazquez
- Disfruto observar a la gente, amo la naturaleza y la tranquilidad
- Antonio Martínez Murillo
- Jefe de de Cirugía Plástica del Hospital Sanchinarro