Uno no debe asumir como buenas todas las cosas que ha hecho su país en la historia por el mero hecho de tener su nacionalidad. Cabe ser crítico y aceptar que ha habido errores, entre ellos el daño que se puede haber causado a otros en el pasado, y quién sabe si aún en el presente.
La mayoría de esos hechos habrán ocurrido cuando no habíamos nacido, luego no somos responsables o culpables de ellos. Eso sí, negarlos o ignorarlos perpetuará el resentimiento que pueden haber generado.
Opiniones argumentadas
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